Los motivos por los que se elige y estudia una profesión pueden variar dentro de un amplio espectro: desde los más altruistas y generosos, hasta aquellos marcados por ambiciones e intereses personales, pragmatismo. El impulso para estudiar una carrera puede venir de cualquier parte: experiencias, tradición familiar, nuestras habilidades y aptitudes, la presión social, lo que es tendencia en la sociedad o entre un grupo de personas y un muy largo etcétera. Aunque muchas veces se idealizan unas y otras se cuestionan, todas las razones para convertirse en profesional pueden ser válidas.
Una vez que se toma la decisión y se comienza estudiar, ese periodo de nuestras vidas estará marcado por la elección profesional: el lugar seleccionado para el aprendizaje, las personas con quienes convivimos a diario -amigos y compañeros de aula, profesores- y nuestras actividades cotidianas.
Con Pamela Avelar, estudiante del 5to semestre, conversamos sobre sus motivaciones para estudiar la Licenciatura de Psicología y cómo es su experiencia en el plantel Zapopan del Centro Universitario UTEG.
Pamela ha crecido en una sociedad marcada por la presencia constante de los medios de comunicación, la exposición de la vida privada -propia y ajena- en las redes sociales, la influencia cultural de series como Gossip Girl y el foco constante sobre famosos y celebrities. Pero también pertenece a la generación que va normalizando hablar sobre sus problemas de salud mental y pedir o buscar ayuda sin que se les considere, o juzguen a quienes lo hacen, personas débiles o inadaptados sociales.
Es por eso que, medio en serio, medio en broma, confiesa que: “A mí me gusta [estudiar Psicología] por el chisme, la verdad, si soy honesta. Escuchar a las personas, que me cuenten sus vidas, sus problemas y utilizarlo como punto de partida para ayudarlas, me parece muy padre. Así que esencialmente podría decirse que me gusta la psicología por el chisme.”
“Pero, después de decir esto, puede parecer raro que diga que mi asignatura favorita este semestre es Psicología Organizacional, la neta está chida. También la metodología de la investigación. Está, sobre todo, porque me permite establecer un tema de mi interés y comenzar a hacerle preguntas a la gente, dialogar.”
Luego de cinco ciclos de estudios en UTEG, Pamela ha aprendido a reconocer otros campos profesionales que le resultan interesantes porque escapan de la imagen simplificada del doctor que escucha a un paciente mientras este permanece acostado en un sofá. Los roles de los psicólogos se han ampliado hasta áreas donde su profesión no era tenida en cuenta como el marketing, las neurociencias, los deportes, negocios, la política, asesoría personal, por solo mencionar algunos.
“[La] Psicología Organizacional me gusta porque no es como lo estereotipado, esa idea preconcebida que uno tiene de los psicólogos. No todos los psicólogos dan terapia, ni todos los psicólogos se dedican a lo clínico. Algunos profesionales se dedican a las organizaciones. Normalmente trabajan en el área de recursos humanos o asociados a esta, analizando estrategias, proponiéndolas, trabajando en el reclutamiento.”
En este cambio de su percepción sobre la psicología han influido mucho los profesores que le imparten clases en el Centro Universitario. Maestros y maestras cuya experticia ha contribuido a acrecentar su pasión por la psicología y a hacer inolvidables sus días de estudiante.
“De estudiar acá en UTEG me encantan los maestros que me imparten clases. Hay una maestra que se llama Adriana, que da Neuropsicología y me parece una excelente profesora. Se le nota que tiene mucha pasión por lo que enseña y la verdad es que, por la manera en que explica, es de esos profesores que te motivan a estudiar.”
“Tengo muchos profesores muy buenos. Mis disculpas, porque no recuerdo sus apellidos, pero tengo muy claros sus nombres, por supuesto. El profesor Frank que imparte temas de Psicoanálisis, asuntos más teóricos, pero me gusta mucho que al final de sus clases siempre me quedo pensando, nos quedamos pensando, porque me doy cuenta que no solo me hace reflexionar a mí, sino a muchos de mis compañeros. Nos quedamos en modo existencialismo. Es otro profesor que se nota que sabe y que le gusta lo que hace.”
Pamela disfruta la vida universitaria en general, sobre todo las actividades que solidifican su formación profesional y complementan lo académico:
“Elaboramos entrevistas, aplicamos pruebas psicométricas, proyectivas. Y vemos lo principal: las diferentes ramas de la psicología desde la Gestalt, el psicoanálisis, la psicología cognitivo-conductual, etc.”
Es cierto que el fuerte de nuestras actividades está en lo académico, pero está integrado a otras muy diversas. Por ejemplo, en el primer semestre tenemos la materia de Sexualidad. Aprendimos todo lo referente a filias, parafilias y otros aspectos que también forman parte de la sexualidad humana. El proyecto final que orientó el profesor fue muy interesante. Consistió en el diseño de un juego educativo que luego presentamos en una feria expositiva. Expusimos los trabajos de todo el salón, todos muy creativos. La feria fue visitada por estudiantes de las otras licenciaturas del plantel. Fue todo muy dinámico.
Cuando, en medio de su prisa por regresar al aula le preguntamos si recomendaría estudiar psicología en UTEG a jóvenes que andan definiendo su orientación y motivación profesional, Pamela Avelar responde categórica: “Sé que existen chicos que estudian por simplemente sacar una carrera, a los que incluso no les gusta. Pero yo entré a psicología porque era lo que quería estudiar. Así que invitaría a quienes sienten que es su vocación a matricular psicología para vivir la experiencia universitaria, la vida académica.”